Sobre nosotros

Lot con controladora drone

 

 Cooperación aérea

Aeracoop es una organización donde utilizamos la tecnología de los vehículos aéreos no tripulados para entender nuestro planeta y analizamos cómo la robótica aérea está cambiando el mundo. Gracias a los super-poderes de los drones, nos esforzamos en construir un planeta justo y sostenible, cooperamos con proyectos utilizando el espacio aéreo como bien común.

Soy Lot Amorós, el artista e Ingeniero Informático detrás de Aeracoop. Conocí los drones en 2008 gracias a compañeros aeromodelistas y amigos activistas que habían vivido cerca de Gaza y escuchaban los drones por las noches. Pasé varios años conmovido por la potencialidad de la robótica aérea,  después de darme cuenta que yo mismo podía fabricarlos, me documenté a fondo, fundé el grupo en español de DIYdrones, y comencé a experimentar con las primeras placas de vuelo auto-fabricadas, motores, electrónica y programación de drones.

Debut artivista

Gracias a una residencia artística en Holanda pude desarrollar mi primer drone con fines artivistas: GuerrillaDrone. Un hexacopter con una placa arducopter para poner en el cielo un proyector láser: una interfaz de comunicación masiva para proyectar imágenes reivindicativas en las paredes de la ciudad. Fué estrenado en varias ocasiones para defender al 15M y la  Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

 

Una vez desarrollada esta plataforma aérea, la utilicé en varios proyectos. Me invitaron a participar en el festival del arte contemporáneo de El Cairo y  junto con el artista Dia Hamed, desarrollamos uno de los primeros sistemas políticos de realidad aumentada para drones con la obra Augmented Airspace, donde tomábamos la imágen aérea de la ciudad y la aumentábamos con símbolos de la primavera árabe, como tanques patrullando la ciudad, o los hermanos musulmanes dando sermones en los balcones.

Dronecoria

Seguía preguntándome ¿cual es el sentido de los drones? Sí, pueden transportar cosas, pero ¿Qué es lo más valioso que pueden transportar? Pueden transportar vida, y reproducir la vida allá donde vayan. Así que cree el concepto de Dronecoria, un drone para lanzar bolas de semillas de arcilla. Lo pude probar gracias una residencia artística en Nuvem.tk: Estación rural de arte y tecnología, en la selva de Rio de Janeiro. Así que en el verano de 2012, en un huerto trasero de Brasil, sembramos una albahaca, la primera planta del mundo con un drone. Gracias al clima tropical germinó varios días después.

Flone, the flying phone

Un año más tarde, la idea de formar un grupo de personas en torno al espacio aéreo fue ganando forma, así que reuní a varios amigos con los que ganamos el premio NEXT THINGS:: Next Space de Telefónica I+D y Laboral centro de Arte, con el proyecto del quad-copter de código abierto flone, diseñado para volar smartphones. Programé una App para android, con la que volar el drone con los movimientos de una mano, como una danza, donde utilizas la gravedad, el momentum o la inercia.

Dronehackademy

Gracias a una invitación de Pablo de Soto, fundamos la dronehackademy, una escuela global de drones para el empoderamiento ciudadano la documentación de crímenes sociales. Realizamos durante los meses previos a los juegos olímpicos de Rio de Janeiro, un mapa de la comunidad que la prefectura quería derribar, para borrar a las comunidades pobres que vivían en Vila Autódromo.

mapa comunidad vila autodromo

Etapa actual

Durante estos años he desarrollado proyectos aéreos y observando como el universo de los drones se ha desplegado hasta llegar a diferentes capas socales. Desde entonces utilizo los drones como plataforma artística y medioambiental, y ofrezco formación alrededor del mundo para empoderar grupos que quiera utilizar los drones para la transformación social. Mi objetivo es formar, innovar, e investigar sobre sus posibilidades, compartiendo los resultados, para construir una red de personas conscientes, que aprovechen todo su potencial de la forma más ética posible.

Lot Amoros en taller de drones para la conservación, Thailand

Taller de drones para conservación ambiental, Thailandia. 2015.

La tierra nos enseña más sobre nosotros mismos que todos los libros. Porque ella se nos resiste.
El hombre se revela y se descubre a sí mismo cuando se mide con el obstáculo.
Para enfrentarlo, sin embargo, necesita una herramienta. Necesita un cepillo de carpintero o un arado. Así el labriego va arrancando poco a poco algunos secretos a la naturaleza, extrayendo una verdad que es universal. Del mismo modo, el avión, la herramienta de las líneas aéreas, sumerge al hombre en todos los viejos problemas.
Antoine de Saint Exupéry. Tierra de los hombres, 1939.

 

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